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El misterio de La Dalia Negra, un horrible crimen sin resolver

Un caso que lleva 71 años sin ser resuelto

El asesinato de Elizabeth Short, mejor conocida como La Dalia Negra, se convirtió en uno de los más sonados de la historia por la forma tan atroz en la que fue encontrada, un 15 de enero de 1947.

Como si se tratase de una repulsiva película gore, la brutalidad con que fue atacada supera a cualquier mente siniestra del cine; su cuerpo apareció mutilado al borde de un terreno baldío, sin órganos ni rastros de sangre, con cortes muy finos y precisos por todas partes.

Elizabeth era una aspirante a actriz de 22 años cuyo cabello oscuro y ojos azules hacían que no pasara desapercibida. Durante los años 30, su padre fingió un suicidio por lo que la abandonó junto a sus cuatro hermanas y su madre.  Sin embargo, años más tarde reapareció y Elizabeth decidió mudarse con él porque vivía cerca de Los Ángeles, lo cual la acercaba a su sueño de hacer carrera en Hollywood.

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Una vida errante

Tras tener muchos problemas con él, se fue a Santa Bárbara, donde en 1943 fue arrestada por beber alcohol siendo menor de edad. Elizabeth residió en distintas ciudades de Florida, pero ocasionalmente regresaba a Massachusetts, donde ganaba dinero trabajando como camarera.

La joven llevó una vida errante, ya que también comenzó a obtener dinero de los hombres a los que seducía con su belleza, aunque no dejaba que tuvieran relaciones con ella. Elizabeth de hecho, sólo llegó a tener un novio formal: el soldado Matt Gordon, con el que estuvo a punto de casarse, pero por desgracia, murió en un accidente aéreo en Filipinas, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

Tras la muerte de Gordon, Elizabeth volvió a California, pero no tuvo residencia fija por lo que dormía en hoteles y pensiones, siempre con la esperanza de algún día ser reclutada por algún agente de Hollywood. A pesar de su belleza, la suerte nunca estuvo de su lado.

 

 

El hallazgo del cuerpo

El 15 de enero de 1947 Elizabeth fue encontrada muerta en un pastizal, cuando una mujer caminaba con su hija que vieron lo que parecía ser un maniquí roto.  Al acercarse, vieron que no era tal cosa sino de un cuerpo femenino completamente desnudo, partido a la mitad. 

Los informes policiales señalaron que el cadáver seccionado por la mitad, con un pezón mutilado, la sangre drenada y un macabro corte en el rostro llamado «la sonrisa de Glasglow», como si se tratase de la sonrisa de un payaso. Short también tenía marcas en los tobillos y muñecas, como si hubiese pasado días amarrada con una cuerda además de que tenía huellas de golpes, cortes y quemaduras de cigarrillo por todas partes. La autopsia reveló que también había sido obligada a comer excremento humano. La causa oficial de muerte fue pérdida de sangre ocasionada por las heridas en su rostro, combinado con el shock de una conmoción cerebral. Fueron los tabloides de la época quienes la bautizarían como «La Dalia Negra».

El presunto asesino 

Las autoridades jamás dieron con un culpable aún cuando tuvieron indicios de una huella de zapato masculino y unas gotas de sangre en un costal de cemento. Sin embargo, según informó el New York Daily News, el asesino se había puesto en contacto con la prensa mediante una carta, alegando que se sentía molesto por la forma en que estaba siendo tratado el caso. En el sobre, incluyó el certificado de nacimiento de Elizabeth, así como una serie de fotografías, mensajes y recortes de periódicos sobre la muerte del mayor Gordon (el ex novio de Short) lo que dio indicio de que el sospechoso conocía absolutamente todo sobre su víctima.

Uno de los nombres que aparecieron el los documentos fue el de Mark Hansen, dueño de un salón de baile que frecuentaba Elizabeth. La joven era amiga de la esposa de Hansen e incluso se había quedado en su casa. El hombre dijo que una vez intentó tener sexo con ella, pero ésta se negó.

Otro de los sospechosos fue Robert “Red” Manley, un hombre casado de 25 años que ayudó a Elizabeth cuando no tenía donde ir. En esa ocasión, la llevó a un motel, pero no tuvieron sexo. Fue liberado de culpa, luego de que su mujer comprobara que estuvo en casa los días en que transcurrió el asesinato y pasara una prueba de polígrafo.

George Hodel, un reconocido cirujano de Los Ángeles, también fue declarado sospechoso de la muerte de Short. Tras llevar a cabo una larga investigación, se descubrió un álbum de fotos donde aparecía una mujer muy parecida a la víctima.

El caso sigue abierto, pero a 71 años de lo ocurrido, sigue sin existir un culpable. 

 

 

 

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