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Esta chica se toma ‘selfies’ con acosadores callejeros y nada te hará sentir más repulsión

Incomodidad, repulsión, miedo son tan sólo alguna de las sensaciones que pasan por nuestra mente cuando nos topamos con acosadores

No hay peor sensación que el escalofrío que te recorre la piel cuando vas caminando por la calle y escuchas que alguien te lanza un silbido o te pasa la mirada por encima.

Es una mezcla de ansiedad, miedo y repulsión pero al mismo tiempo de impotencia y coraje el ver las caras de satisfacción cada vez que te lo hacen. Esa voz depravada, que se queda impregnada en la oreja que se repite una y otra vez, calándote los huesos, genera una especie de psicosis cada vez que vas por la acera y armas todo un plan para no pasar por ciertos lugares, no voltear o evitar pasar cerca de un montón de hombres, por más inocentes y buenos que sean.

 

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En realidad, muchos hombres no se imaginan el impacto y el trauma que un simple piropo o silbido provoca en las mujeres (y eso es un gran problema). No es que sea exclusivo de ellos, también hay mujeres que lo hacen pero vamos, ¿cuántos casos conocen de un hombre que haya tenido que acelerar el paso porque una mujer viene detrás de él con una mirada depravada? No todo tiene por qué generado esa psicosis, por «suerte», hemos aprendido a ignorar, pero de que es incómodo es incómodo y no tendríamos por qué caminar con eso todos los días.

Pero Noa, una de las tantas víctimas de acoso callejero, tuvo la brillante idea de inmortalizar los rostros de estos sujetos desconocidos en una cuenta de Instagram llamada @dearcatcallers (queridos acosadores) de modo que todo el mundo se dé cuenta de lo que tenemos que soportar las mujeres todos los días.

«Esta cuenta tiene como objetivo crear conciencia sobre la cosificación de las mujeres en la vida cotidiana. Puesto que muchas personas todavía no saben con qué frecuencia y en qué contexto se nos silba, estaré mostrándolo en el periodo de un mes».

Las fotografías cuentan con una descripción de lo que los acosadores le hicieron a Noa y aunque muchas son «espontáneas», en otras sorprendentemente los sujetos en cuestión posan junto a ella como si se tratara de una broma.

El proyecto tuvo duración de un mes entero pero Noa ha invitado a sus seguidoras a seguir denunciando el acoso.

«¿Mmmmh, quieres un beso?»

Me siguió por dos calles mientras me gritaba «sexy». Me dijo que si quería subirme a su auto»

«Hey chica caliente»

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