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He decidido creer

Mimi Alas nos habla sobre el mundo de las citas en su nueva columna.

Siempre he pensado que el salir con alguien y el mundo de las citas, son algo difícil, y lo digo por experiencia propia, y porque llevo años siendo la que siente demasiado, la que se ilusiona demasiado o la que se queda esperando.

Hasta la fecha, no recuerdo una ocasión en la que me sintiera completamente enamorada de alguien y esa persona sintiera lo mismo por mi, porque como lo dije antes, siempre soy la que se queda esperando.

Me da vergüenza admitirlo, porque a esta edad la mayoría de personas ya ha sentido la emoción del primer amor, de las mariposas en el estómago al verlo a él, la confianza y seguridad de ese apoyo incondicional, y yo hasta la fecha, no he cambiado mucho, y sigo contándole a mis amigas de aquella vez, hace 8 meses, que tuve una cita en mi ciudad favorita.

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Creo que como mujeres, en más de alguna ocasión sentimos la presión de ver que el tiempo va pasando, nuestras amigas están dando grandes pasos, conociendo personas interesantes o manteniendo una relación estable, y nosotros seguimos igual, conociendo patán tras patán, pero ahora, también a través de Twitter, algún conocido de una amiga que nos agregó a Facebook o en su defecto, Tinder.

Pasando por una situación así, es normal sentir enojo y hasta un poco de resentimiento. ¿Con qué? No lo se exactamente. No se si el enojo es con el desfile de patanes, con los chicos en general, con la situación o con nosotras mismas, porque a pesar de llamarnos fuertes, independientes, jefas y todos los adjetivos que hagan alusión a lo empoderadas que somos, llega un momento en el que nos encantaría poder compartir todo lo que estamos viviendo y logrando, con ese alguien especial, que se vuelva un apoyo incondicional.

Eso no nos hace más débiles o necesitadas, simplemente es parte de nuestra naturaleza humana el querer compartir con alguien más lo bonito que la vida nos da. Algunas somos más emocionales y románticas que otras, y aunque la vida nos da pequeños golpes en esta área, ahí estamos, una y otra vez, creciendo, aprendiendo y sin dejar de creer que esa persona llegará.

¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¿Dónde? No sé, y aunque la curiosidad me esté matando, prefiero no saberlo, y dejar que la Señora Vida me sorprenda.  Sería fácil estar sentadas en la puerta esperando, o acostadas en el sofá mientras usamos Tinder, pero creo que es mejor no apresurar nada, y más aún, si todavía estamos en la etapa de enojo.

Una vez, un familiar me dio uno de los mejores consejos, y es que me dedicara completamente a hacer lo que me gusta y lo que me hace feliz, y que en el camino, me voy a encontrar con alguien que esté en la misma sintonía que yo. Eso es lo que quiero creer y quiero invitar a las lectoras a que también lo crean.

Que lo crean a pesar de las citas malas, las conversaciones aburridas, los chicos sin ambiciones, los que solo te escriben porque en tu foto de ves guapa, o porque a las 2 de la mañana no tienen nada que hacer. Que lo crean y logren convencerse a ellas mismas que la vida tiene su camino, y que ahí, en algún momento, alguien que realmente valga la pena, aparecerá.

Esto es lo que yo he decidido creer.

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