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El amor por su hija hizo que dedicara su vida al servicio

Anitza Urquía no se dio por vencida ante los retos médicos que enfrentaba su hija. Por el contrario, se entregó en cuerpo y alma para ayudarla estableciendo como norte ofrecer servicios a niñas y niños con diversas condiciones.

Por: Carmen Deliz Maldonado Rodríguez

La difícil batalla que libró una mujer a favor de los derechos de su hija motivó la creación de una fundación sin fines de lucro que ofrece servicios dirigidos a personas con discapacidad en la Isla.

Todo comenzó cuando la residente del pueblo de San Juan, Anitza Urquía, se convirtió en madre de una niña con albinismo oculocutáneo, enfermedad que reduce la pigmentación en la piel, el cabello y los ojos causando deterioro en la vista y un mayor riesgo de cáncer en la piel. Con 22 años de edad y recién graduada de Psicología de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Urquía se enfrentaba a una dolorosa realidad: su primogénita, Angeliz, nunca podrá ver de cerca ni de lejos.

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«El primer año yo la lloré como si se me hubiera muerto. Fue muy duro. No por mí sino de pensar que ella no iba a poder ser independiente», confesó Urquía. Desde ese entonces, comenzó a instruirse sobre la condición de su hija para buscar maneras de ayudarla.

Tanto así que optó por continuar estudios graduados en Patología del Habla en el Recinto de Ciencias Médicas, contrario al plan que había trazado para su futuro, que era estudiar Derecho. Allí, además de obtener su maestría, consiguió una certificación en Desorden Autístico con un año de práctica intensiva.

La dedicación de esta madre soltera tuvo resultados inmediatos. Angeliz, declarada legalmente ciega desde los tres años de edad, ganó una medalla en kínder por haber sido la primera estudiante que aprendió a leer. Posteriormente, se graduó con honores en sexto grado y logró entrar a la Escuela Central de Artes Visuales, una institución educativa que se especializa en dibujo y pintura.

Actualmente, la joven tiene 24 años, estudia Derecho en la UPR y cuenta con un bachillerato en Periodismo, del que se diplomó con Alto Honor de la misma institución universitaria.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para su mamá. «Lo que más difícil se me hizo fue lograr encontrar gente que me diera la mano, gente positiva, gente que estuviera dispuesta a hacer valer las leyes que hay establecidas para estos menores», manifestó la psicóloga.

Esa lucha, que incluyó intervenciones legales, fue la que motivó a Urquía a crear el Centro Teras en octubre de 2009. «Yo tenía que crear una fundación donde no solamente le ofreciera servicios a los niños para lograr llevarlos hacia una educación regular y ser seres independientes sino para orientar y dar apoyo a los padres y a las madres», declaró.

A través de la entidad, la fémina de 47 años brinda diferentes terapias, como la de visión funcional, procesamiento auditivo del lenguaje, ocupacional, sensorial, física, psicológica y educativa, así como las evaluaciones de cada uno de los tratamientos mencionados. Además, cuenta con 30 especialistas, entre los que se destacan doctores en optometría y psicología, terapistas ocupacionales sensoriales y terapistas físicos.

«Cada día me levanto y veo los logros de mis pacientes. Encuentro a niños que nunca hablaron y ya en la quinta terapia están hablando con estos tratamientos», compartió.

Además de fungir como la directora ejecutiva de la fundación, Urquía no ha dejado de capacitarse. «Me he certificado en integración sensorial y en rehabilitación neurocognitiva», indicó. Esta preparación le permite trabajar con pacientes que tengan problemas de aprendizaje, déficit de atención, síndrome de Down y Alzheimer. 

Y es que, aunque sacrificado, el trabajo que realiza es su mayor satisfacción. Para ella «no hay etiqueta ni diagnóstico que pueda limitar a un ser humano. Con las herramientas correctas pueden salir adelante».

Esta es la sexta entrega de Conoce a la nueva mujer, una serie de reportajes sobre féminas destacadas en distintos sectores de la sociedad con el fin de puntualizar que el rol de la mujer se transformó. La publicación será cada dos semanas.

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