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La experiencia de Silvia Schimpl, una mamá de alto rendimiento

Cuando todos los ojos están puestos sobre Kristel, ella confía en que su hija lo logrará. Conversamos con Silvia sobre maternidad, esfuerzo y sobre la vida en el deporte de excelencia.

Se llama Silvia y es mamá de la mejor nadadora de Chile. A pesar de que en este momento está alejada de su hija geográficamente, Kristel Köbrich siempre ha mencionado el gran apoyo que le brinda su familia y, específicamente, su madre.

Cuando se trata de deportistas de excelencia, el núcleo familiar suele ser uno de los pilares fundamentales para el triunfo y la autoconfianza: aunque el esfuerzo sea inmenso, todo deportista necesita que alguien esté ahí, siguiendo sus pasos, y así lo ha hecho Silvia con su hija.

Se tituló de la carrera de Educación Física en Buenos Aires, trabajó como entrenadora en la rama de natación de la Universidad Diego Portales durante 17 años y hoy sigue enseñando este lindo, pero esforzado deporte, en el Club Santiago Swim.

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Además de Kristel, es madre de Katherinne (35) y Stephanie (33) y como toda mujer que trabaja y tiene familia, el tiempo a veces se hace un poco escaso. Sin embargo, el orgullo que siente por ellas es inmenso y eso es lo que vale.

Para reconocer a todas esas mujeres que ponen de todo para que sus hijos se sientan confiados para cumplir sus sueños, conversamos con Silvia sobre su rol como madre, mujer y compañera de sus hijas.

– Ser madre es un desafío y una experiencia única. ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando supiste que serías mamá?

Creo que, como mujer, saber que uno tiene la posibilidad de ser madre, es la experiencia más maravillosa. Mi primer pensamiento siempre, con mis tres hijas, era que todo transcurriera sin mayores inconvenientes y que nacieran con todas las posibilidades de desarrollarse lo mejor posible.

– Dicen que cuando un hijo es deportista de alto rendimiento, los padres tienen que ponerse en ese mismo papel. Cuéntame sobre los momentos difíciles y de cómo te mantienes firme para darle contención a Kristel y a tu familia

Yo creo que no es ponerse en el mismo papel. Pienso que es entender “su trabajo” y desde ese punto de vista, ser el mejor soporte y contención para lo que necesita el hijo/a.

Muchas veces ha habido situaciones difíciles en que a una le hubiera gustado estar presente. Al vivir en Argentina, Córdoba, muchas veces hemos tenido que conversar problemas y tratar de resolverlos solamente por teléfono. Y simplemente con esa herramienta se salió adelante.

– ¿Qué pasa con la vida y la rutina de una madre, que además de estar lejos de su hija, debe asimilar los comentarios de conocidos y de la opinión pública sobre su desempeño?

Los comentarios han sido y son muchos. Muchas veces se suele hablar sin saber a cabalidad cómo es su trabajo, en qué proceso está o cuáles son sus próximas metas. En mi caso,y de toda la familia, se aprende con el tiempo a tomar las cosas de quién viene y valorar solamente comentarios provechosos. El resto, no existe.

Grandes desafíos, expectativas mesuradas

Luego de haber ganado medalla de plata en los Panamericanos de Toronto 2015 (800 mts), y de su exitosa actuación en el Mundial de Natación de Kazán de ese mismo año, Kristel Köbrich está en plena preparación para un desafío mayor: Río 2016.

Aunque es Kristel quien entra a la piscina, como madre, Silvia está ahí, acompañándola incondicionalmente. Los Juegos Olímpicos son palabras mayores y la presión es obvia: al fin y al cabo, representar a todo un país es una tarea sólo para valientes.

Pero, ¿cuál ha sido la influencia de ella sobre la carrera de su hija?

– Tu hija es deportista de excelencia y ha representado a nuestro país en numerosas instancias, nacionales e internacionales. ¿Tú la impulsaste a practicar natación o fue ella la que decidió hacerlo? 

Kristel decidió por sí misma dedicarse 100% al deporte. Si bien, el inicio de la actividad fue casi de casualidad, la decisión final fue totalmente personal.

– ¿Recuerdas alguna situación puntual que te haya hecho sentir reflejada en ella?

Creo que no. Porque su vida deportiva es única y al no haber “fabricado” y pensado en esta opción y con sus resultados, jamás me he puesto a ver algún reflejo en mi propia vida.

– Se viene Río 2016, ¿cómo crees que será para Kristel? Y tú como madre, ¿cómo manejas las expectativas? 

 Creo que siempre es difícil hacer un pronóstico “ficción”. Varias veces se ha tenido muchas expectativas y puede haber un imprevisto de último momento y el resultado no es óptimo. Eso implica esperar otro ciclo y volver a retomar.

Como familia, tratamos de ser lo más bajo perfil para no interferir en la ansiedad propia de una competencia de tanta envergadura.

– ¿Qué le dirías a las mamás chilenas y latinoamericanas que tienen hijos o hijas pequeñas que quieren ser deportistas de alto rendimiento? 

Les diría que los apoyen al máximo. Pero también que no confundan apoyo con imponer sus propias aspiraciones. Realizar deporte de alto rendimiento a nivel mundial da mucha enseñanza y madurez a los deportistas, por lo tanto, ellos necesitan por sobre todo contención y no intromisión, imposición y recibir expectativas que no estén dentro de sus metas.

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