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Chantall, la mujer que trabaja probando dildos

Puede ser un trabajo bien divertido y placentero.

Para algunas un dildo es su fiel compañero de placer y para otras sería lo último que se pondrían para “consolarse”. En gustos no hay nada escrito y eso muy bien lo sabe Chantall, una mujer holandesa de 40 años que trabaja probando dildos.

Por ella ya han pasado cerca de 600 aparatos entre dildos, tapones anales y vibradores. De hecho no ha comprado ninguno de ellos, pues las principales marcas y sex shops le envían estos antes de que salgan a la venta para que los pruebe y haga una reseña en su blog Climaximaal.nl.

Intenta publicar al menos dos reseñas a la semana y hay veces en que no le llega ninguno por probar y otras en que aparecen diez de una. Así lo explicó en una entrevista que le realizó Vice.

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Llama la atención cómo alguien puede hacer de esto un trabajo, que sin duda debe ser el más placentero que existe. En la entrevista expresó que siempre le ha interesado la sexualidad y al trabajar escribiendo en una revista porno empezó a crecer su interés hasta que creó su propia página.

Hace cinco años que escribe en su blog y en él publica reseñas de una gran variedad de juguetes sexuales como por ejemplo un tapón anal sonriente y un penetrador doble. Además entrega consejos sobre lubricantes y de la limpieza de los aparatos.

Para hacer la prueba primero examina el envoltorio, consulta la información del fabricante, revisa las instrucciones y examina de qué está hecho el material. En cuanto a este último aspecto es bien exigente pues dice que “cuando el juguete huele muy mal, ni me molesto en probarlo”.

Se refiere a que debe cerciorarse de que se componga de un material seguro (vidrio, metal y silicona pura) y los que no lo son tienen un olor como a plástico. Explica que los juguetes malos están hechos de gelatina, como el PVC ablandado con plastificantes, que resultan perjudiciales para la salud porque pueden producir irritación y hasta esterilidad.

Cuando el juguete pasa la primera prueba, procede a probarlo y el tiempo que tarda depende de la calidad del producto. Así lo explica sin pelos en la lengua: “No voy a torturarme una hora con un artilugio malísimo con la esperanza de que pase algo en algún momento. Si no llego al orgasmo en 15 minutos, tampoco lo haré después de una hora o dos”

A lo anterior agrega “creo que más de la mitad de los que he probado podrían incluirse en la categoría de los peores”. Para ahorrarse esta prueba en vano, Chantall entregó algunos consejos a la hora de comprar un juguete sexual:

Para empezar, nunca te compres un juguete en cuyo envoltorio aparezca una tía explosiva, que huela mal, que indique que es “solo para iniciados” y, sobre todo, infórmate bien de todo por Internet o en un sex shop oficial. Todos estamos obsesionados con comer de forma saludable pero nos olvidamos de que es igualmente importante usar vibradores saludables.

En cuanto a las vibraciones también hace una apreciación:

Yo comparo las vibraciones con el gruñido de un oso o el chillido de un ratón. Las vibraciones de rugido de oso son las buenas, mientras que las que parecen el chillido de un ratón son las malas. No solo es muy molesto oírlas, sino sentirlas en el clítoris.

Chantall explicó que cada mujer es distinta y por lo tanto no se puede garantizar que un juguete cumpla la misma función para todas. Por eso ella sólo te aconseja de acuerdo a su “control de calidad”. ¿Te ves en un trabajo así?

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