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Por qué deberíamos tomar la iniciativa en las relaciones

Dejemos de esperar y hagamos lo que siempre quisimos hacer. Al que no le guste, puede seguir su camino.

El mundo nunca será lo que esperamos si no ponemos algo de nuestra parte. Así como para triunfar en el trabajo, tenemos que esforzarnos día a día, lo mismo pasa en las relaciones de pareja.

Las mujeres luchamos por la igualdad de género y tratamos de aplicar esa lucha a varios ámbitos de nuestras vidas. Sin embargo, todavía seguimos siendo presas de nosotras mismas cuando esperamos a que “él de el primer paso”.

Vivimos en una sociedad moderna. Hace algunas décadas, era impensado que una mujer fuera sola a una fiesta, o que al menos, se pusiera a bailar por su cuenta entre todas las parejas.

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Eso no importa ahora. Vamos a bailar solas o con amigas, lo pasamos bien y no dependemos de un hombre para tener una noche increíble. Entonces, ¿por qué no aplicamos esta misma premisa a las relaciones amorosas?

¿Por qué esperamos a que el hombre decida cuándo quiere invitarnos a salir o cuándo pretende formalizar la relación? Es injusto. Si la relación es de a dos, esas dos personas que la conforman tienen el mismo derecho de exigir o de optar por lo que cada uno considere más apropiado.

No puede ser posible que todavía nos amarguemos porque la otra persona no nos invita a salir o no nos habla en tres días. ¿Por qué no le preguntas qué le pasa, en vez de torturarte pensando en las posibilidades?

Aunque esto no se aplica a todas las mujeres del mundo, ya que hay muchas que sí toman la iniciativa, todas las demás que no lo hacen, deberían intentarlo. No hay razón alguna que justifique que él tenga que dar el primer paso.

Estamos en el año 2015, no en el 1800. Es probable que más de algún hombre se ahuyente con una mujer que tiene esta actitud, pero eso no será culpa de ella.

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