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4 situaciones en que la fuerza de voluntad nos suele traicionar

Es un concepto abstracto, pero su aplicación puede determinar los caminos que vamos eligiendo en la vida.

¿Qué es la fuerza de voluntad? Aunque es un concepto que puede variar según la percepción que tiene cada persona, a modo general, la fuerza de voluntad es la disposición o motivación que tenemos para lograr un objetivo o una meta.

Al igual que la memoria, las seres humanos nacemos con esta capacidad, pero si no la desarrollamos durante la vida, suele quedarse en su estado básico y se manifestará sólo en las situaciones que impliquen satisfacer necesidades primarias, como comer o dormir.

Como hay que trabajarla, la fuerza de voluntad es ensayo y error. Podemos poner todo de nuestra parte para que algo funcione, pero también hay factores externos que pueden influir.

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Una vez que ya hemos analizado esos factores, podemos empezar nuevamente y poner toda la fuerza de voluntad que tenemos, y no dejaremos de intentarlo hasta que se cumpla. Eso es, justamente, la fuerza de voluntad.

¿Qué pasa cuando nuestra fuerza de voluntad es demasiado débil? Solemos esforzarnos menos, perdemos la pasión por la vida y nos decepcionamos de nosotros mismos. Aquí les dejo algunas situaciones que evidencian que tenemos que trabajar más en nuestra disposición.

Dejar los vicios

Sabemos que nos hacen mal, pero no podemos dejarlos. Los vicios son difíciles de eliminar, sobre todo porque las cosas que nos hacen enviciarnos ejercen cierto efecto en nuestro cuerpo que nos hace necesitarlas. Sin embargo, la fuerza de voluntad sí puede ayudarnos, siempre y cuando, la apliquemos a conciencia.

Tomar decisiones importantes

¿Has notado lo difícil que es tomar una decisión que sabes que hará un cambio en tu vida? Si no tenemos fuerza de voluntad para decidir, estaremos estáticos y nunca saldremos de nuestra zona de confort.

Cometer los mismos errores del pasado

Sigues haciendo lo mismo y siempre que lo haces te sientes miserable. ¿Qué está faltando? No sólo la fuerza de voluntad, sino que también, hacerte responsable de tus propias acciones. El destino no va a hacer las cosas por ti, tú tienes que poner de tu parte.

Decir que no

La palabra “no” también puede ser positiva. A veces nos da miedo decir que no o preferimos dejar que nos pasen a llevar en vez de enfrentarnos con fuerza de voluntad a lo que nos molesta.

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