Son las 7:00 a.m. y de pronto, algo interrumpe estrepitosamente ese sueño tan increíble que estabas teniendo. Unos minutos antes de que tu lindo despertador comenzara a sonar, eras la novia de Ryan Gosling y vivías en la tierra de los cupcakes.
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Al abrir los ojos, te das cuenta de que ya es hora de salir de tu amada cama y de enfrentar una nueva semana con la cara llena de risa. ¿Mal humor? Aunque a veces es difícil levantarse, no tienes por qué ser un gremlin en la mañana.
Sí, un gremlin. Esas pequeñas criaturas desagradables que parecían ser inofensivas pero que, en realidad, estaban ahí sólo para sabotear todo lo que está a su paso.
Entiendo que sea difícil abandonar la cama sabiendo que tendrás que estar sentada en tu escritorio todo el día, pero hay que mirarle al lado positivo a las cosas. Las mañanas son frescas, nuevas, relucientes.

Imagínate que el día es como un lienzo y las mañanas son las primeras trazadas de pincel. Seguramente cuando empieces a pintar ese cuadro faltará un poco para que tome forma, pero una vez que trazas las primeras líneas con el pincel, ya sabes si tu trabajo estará lleno de inspiración.
Una mañana positiva puede dar pie a un día positivo. Una mañana como gremlim no sólo hará que empieces el día de mal humor, sino que también convertirá a otras personas en gremlins como tú.
Sácate ese mal humor, sacúdete y toma la decisión de empezar el día de buena manera. Imagínate que cada día es un proyecto, ¿vas a partir ese proyecto pensando en que nunca resultará?