Rubia, de ojos azules, alta y de rostro andrógino: justamente el prototipo de mujer que, por lo general, los diseñadores y editores de moda buscan para incluir en sus campañas y desfiles.
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Pero nada de eso pasó por la cabeza de la modelo estadounidense Lauren Wasser (27) en el momento en que pensó que moriría del dolor. Hace tres años, Lauren trabajaba como modelo y en varias ocasiones la confundieron con la popular Lara Stone.
Su carrera se veía prometedora, hasta que comenzó la pesadilla. Tal como se cuenta en un artículo del portal Vice, el 3 de octubre de 2012 Lauren fue a comprar una caja de tampones de una conocida marca, la que siempre usaba cuando tenía su periodo.
Ese mismo día, fue al cumpleaños de un amigo y la molestia empezó a ser cada vez más fuerte. Ella misma reconoce que su mamá le enseñó desde pequeña que, después de un par de horas, es bueno cambiar el tampón por uno nuevo, y siempre cumplió eso para evitar problemas:
Tengo el periodo hace 11 años y sé como funcionan las cosas. Cuando llegué al cumpleaños ese día, mis amigos me decían que me veía terrible, y la verdad es que me sentía de igual manera.
El próximo recuerdo que tuvo de sí misma fue de haber estado acostada en su cama mientras alguien llamaba a la puerta de su casa y, al parecer, era la policía. Su mamá se preocupó por ella porque no se había comunicado, y la única sensación que Lauren tuvo cuando despertó, fue que sentía que moría.
La llevaron al hospital porque estaba hirviendo en fiebre y apenas se podía mover. Además, sufrió un ataque al corazón y sus órganos se deterioraban rápidamente, y ante esto, uno de los especialistas preguntó si Lauren tenía puesto un tampón.
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Luego de hacer las pruebas correspondientes, los médicos le diagnosticaron el síndrome de shock tóxico, condición que a veces se relaciona con el uso de tampones y que puede causar la muerte a una persona.
Después de haber estado en coma, Lauren despertó y escuchó a una mujer que, al parecer, era enfermera, diciendo que la amputación de la pierna derecha de “la chica” era algo urgente y que se debía hacer ese mismo día.
Sin creer nada de lo que escuchaba, Lauren se dio cuenta de que la mujer hablaba de ella y que perdería una parte de su pierna. A partir de toda esta situación, la familia de Lauren comenzó un proceso de demanda contra la empresa que fabrica los tampones, pero aún no hay un veredicto concreto.
Su historia es conmovedora, y ella misma declaró a Vice lo difícil que fue todo este proceso:
Me costó un tiempo darme cuenta de que aún valgo la pena, de que todavía soy hermosa“.
