La realidad a la que se enfrentan muchas mujeres en Turquía evidencia la injusticia que existe hacia el género femenino en el sistema de legislación en ese país.
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El caso de una mujer turca que fue condenada a indemnizar a su marido porque éste se dañó la mano al golpearla, deja claro que aún falta mucho para que se respete los derechos de hombres y mujeres por igual en varios países del mundo.
Tal como informa La Nación, luego de constatar lesiones, un Tribunal Penal de Ankara ordenó que la mujer y su marido deberían pagar 1.000 euros, pero esa sentencia no se hizo efectiva.
Luego de haber sido golpeada, esta mujer se refugió en casa de un vecino, aunque finalmente fue trasladada a un centro de acogida, lugar en que su marido siguió golpeándola y agrediéndola.
A pesar de las evidentes lesiones de la mujer, el Tribunal ordenó que ella tendría que pagar a su esposo porque él se dañó la mano al pegarle, o sea, el sistema legal reconoció sólo los derechos del hombre y no los de la mujer en este caso.
Casos como estos dejan claro que las mujeres en ese país están expuestas a constantes injusticias y que su situación es muy vulnerable. Pese a las iniciativas de las autoridades turcas por frenar estos abusos, es difícil constatar que se haga justicia siempre.
En el año 2012, el Parlamento turco aprobó una ley para combatir la violencia contra la mujer, pero los largos procesos legislativos han impedido que se haga efectiva en la práctica, según especificó Euronews en una nota publicada en agosto en 2012.