Ser niño y famoso no siempre es fácil. Hay muchos actores que han partido su carrera a muy temprana edad y lamentablemente, son muchos también los que han sufrido las consecuencias negativas de la fama precoz.
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En el año 2001 se estrenó la primera parte de Harry Potter, y fue en esa oportunidad en que pudimos ver a Emma Watson por primera vez. En “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, Emma era Hermione, la pequeña amiga estudiosa de Harry.
A pesar de que Emma estuvo embarcada en este proyecto hasta hace poco tiempo, no quiso quedarse encasillada en el personaje que la llevó a la fama y demostró que quería ir por más.
Al contrario de otros niños y jóvenes famosos, Emma no siempre quiso ser reconocida. En una entrevista publicada hoy en el sitio de Vogue UK, la actriz y también Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, dijo que la fama la encontró a ella:
Nunca pensé necesariamente en convertirme en una actriz o una persona famosa, fue algo que pasó y me descubrieron un día cuando estaba en la escuela. Me vieron y me tomaron fotografías y luego me llamaron a una audición en Londres, y finalmente fui parte de una de las franquicias cinematográficas más grandes que han existido.
En relación a su participación en la ONU Mujeres y el rol activo que ha tomado en la defensa de la equidad de género, Emma dijo a Vogue que fue una forma de encausar bien su fama, y también de hacerse cargo de su carrera de forma positiva y activa.