Cuando era niña, mi mamá me obligaba a embarrarle un beso de despedida a todo mundo cuando nos íbamos de algún lugar. La lógica era que “las niñas educadas” saludan, dan las gracias y se despiden. Yo era una niña educadísima y, como pendeja, iba lugar por lugar diciendo adiós y aguantando los “qué grande estás” y los “te portas bien” con una sonrisa bastante retorcida y una prisa inusitada para acabar con el engorroso asunto.
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Cuando era niña no me gustaban las despedidas y ahora, muchos años después, me gustan todavía menos. No sé decir adiós y el problema no se queda en los besitos, sino en que detesto las implicaciones de un adiós bien puesto.
Cuando escribes y eres un apasionado de las letras, descubres que los puntos finales cierran las puertas a la posibilidad. Punto final y se acabó, no hay más, tan tan. Las letras se parecen mucho a la vida, los adioses son puntos finales y esa realización me parece devastadora. Tristísima, pues.
¿Cómo entonces te armas de valor para sanseacabar una historia y decir adiós? En mi caso, es muy sencillo: you don’t. Es en esa lógica, me he vuelto escapista profesional, Houdini en guaraches, “ahoramevesahorano” de oficio. Es decir, prefiero mil veces hacerme perdediza que enfrentarme a la despedida. Según yo, me ahorro la inevitable tristeza y, si bien cierro la puerta, dejo abierta una ventana, por si las dudas.
Muy probablemente es un asunto de cobardía, pero esto me permite ponerle puntos suspensivos a la historia y continuar (si es que me da por aparecer otra vez). Esta técnica, en más de una ocasión, ha sido malinterpretada como una pasadez de lanza, pero créanme, mis motivos lo justifican todo: no quiero dejar ir o cerrarnos un nuevo encuentro. Quiero que seamos una posibilidad, quizá en términos distintos, pero posibilidad al final de cuentas.
Qué terrible decir adiós y repartir besos sin sabor para cerrar un capítulo, mejor no decir nada y dejar que la ausencia diga todo porque quizá, algún día, nos volvamos a encontrar. No me gustan las despedidas y hoy las dejo así: ¡Qué grandes están! ¡Se portan bien! ¿Yo? Yo me desp…
Si quieren que nos encontremos, estoy en Twitter como @jimenalacandona
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