Algunos achacan el enamoramiento a las flechas de Cupido, pero ¿qué me dicen de las balas? Cierta chica de Georgia podría contestar a mi pregunta, pues recibió un disparo y (¿como consecuencia?) se enamoró.
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Se llama Audrey Mayo y tiene 24 años. El culpable del balazo fue Matthew Tyler Webb, de 23, quien se encontraba de cacería en Lafayette, Georgia, el 21 de noviembre. Su propósito era dispararle a un venado y no a una chica. Paradójicamente, así fue como encontró el amor.
Era jueves y Matthew cazaba cerca de la casa de su madre, cuando notó un movimiento raro entre los arbustos. No dudó en disparar. Los reportes aseguran que, aunque se encontraba bajo el efecto de drogas ilegales, el tiro fue certero. Desafortunadamente, el blanco no fue un venado sino la pierna de Audrey.
Ella dice haber perdido el sentido en cuanto recibió el disparo. Cuando despertó, estaba en el hospital y Matthew era procesado por usar un arma de fuego sin permiso, por no llevar la ropa adecuada para la cacería y por estar drogado… Menuda retahíla de cargos.
Lo interesante aquí es que la chica, a partir de ese fatídico acontecimiento, quedó enamorada de Matthew. La hermana de Audrey, a raíz del suceso, declaró a la prensa, consternada:
Él es como una versión moderna del hombre de las cavernas que, para conquistar a la mujer que le gustaba, la golpeaba con un garrote en la cabeza.
Por lo pronto, Matthew enfrenta cargos legales (admitió haber consumido drogas, haber disparado y haber llevado ropa inadecuada). Pero lo hace profundamente enamorado. Hasta tiene planes de mudarse con Audrey.
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No podemos negar que la forma en que estos dos comenzaron su romance se sale de lo común. Nos gustaría saber qué fue exactamente lo que detonó el enamoramiento: ¿las visitas en el hospital?, ¿alguna conversación en concreto?, ¿las drogas?, ¿los cargos? ¿Qué opinan ustedes?
Fuente: Elite Daily
