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MX: Víctima de Trata se recupera en el Estado de México

Tiene 16 años y se recupera lento del trauma. El apoyo que ha recibido no ha sido suficiente.

Lupe fue secuestrada junto con su prima en el Estado de México. Después fue violada y explotada sexualmente por tres meses en Puebla, cuando tenía 14 años. Ahora tiene 16 y está sana y poco a poco saliendo de la depresión y el desasosiego que le dejó la horrible experiencia que vivió.

Aunque cuenta su familia que, a veces, cuando se acuerda, todavía llora hasta quedarse dormida. Pero Lupe ha comenzado a buscar su propio desarrollo. Entró a una escuela de belleza y dice de forma contundente: “Dios me dio manos y pies para salir adelante. Y lo haré”.

Las cosas no han sido fáciles. Su padre estaba trabajando en Estados Unidos cuando ella fue secuestrada. Regresó a buscarla y se quedó. Aquí, en su país, sólo ha conseguido empleos eventuales. Fue chofer por unos meses, y ahora siembra flor y calabaza. La familia está endeudada por los gastos que tuvieron cuando Lupe estaba desaparecida y su familia la buscaba por todos lados.

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A ello se suma el miedo de que los miembros de la banda que están libres (a uno de los detenidos ya lo soltaron por ser menor de edad y estuvo ilocalizable por la policía durante varios meses) tomen represalias o vuelvan a llevarse a Lupe, ya que la familia, por falta de recursos, sigue viviendo en el mismo pueblo y la misma casa que antes.

La ayuda que han recibido, asegura el padre de Lupe, ha sido fragmentada. Províctima rentó una casa para ellos, en otra entidad durante seis meses. Pero el contrato terminó y tuvieron que regresar a su poblado. Lupe no ha podido volver a la escuela, ya que ha tenido problemas con sus papeles escolares; más aún, su abuela paterna está muy enferma y la familia ha tenido que cuidarla.

El padre de Lupe se siente defraudado por todos. Províctima, las autoridades. Ha solicitado el asilo en Estados Unidos y se le ha negado porque fue migrante indocumentado y las autoridades estadounidenses tienen registro de su detención. Viven en un cuarto hechizo, arriba del de los abuelos.

En ocasiones no han tenido dinero ni tiempo para presentarse en los juzgados de Puebla y ratificar sus declaraciones. Lupe y su padre han tomado una decisión: en poco tiempo cruzarán el desierto de Arizona. Ambos serán migrantes indocumentados.

Las víctimas de trata en México aún tienen pocas opciones y apoyo por parte de las autoridades. Eso tiene que cambiar pronto dado los altos número de este delito en México. Lo importante es que no lo ignoremos.

Fuente: El universal

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