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“Me enamoré de un primo”

Cuando te fijas en alguien con quien creciste.

Desde pequeños se ha dicho que uno no se puede fijar en familiares. Pero ¿qué pasa cuando te gusta un primo o sobrino de tu misma edad? Hay veces en que esos parentescos no son tan cercanos por lo que no sería tan complicado establecer una relación.

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El problema es que para los demás es casi que un pecado. O sea ni hablar de la cara que pondría la abuela al saber que quieres tener algo con tu primo de segundo grado. Cuando tenía un poco más de 14 años, conocí a un grupo de primas y primos nuevos. De principio no me gustó ninguno, pero a uno lo encontré bastante guapo. De hecho, como tenía, y sigo teniendo, una relación cercana con mi abuelo, se lo comenté, pero su cara fue de asombro. Me dijo que tuviera cuidado, porque era muy complicado si es que se me ocurría tener una relación con él.

En un principio lo encontré exagerado, pero él sabía de lo que hablaba. Mi abuelo tiene sus dos apellidos iguales. Nunca le había puesto atención hasta ese momento. Sus padres eran primos hermanos y se enamoraron.  Tuvieron que luchar contra todas las críticas de su familia y también el rechazo de sus padres, pero nada les importó y se casaron. Pero según se comenta, lo pasaron muy mal.

Conozco una historia de cerca. Una amiga tuvo la idea de viajar a Europa y hospedarse en la casa de unos tíos. Ella sabía que tenían un hijo, pero no se veían desde que ambos tenían 8 años. Al llegar, se llevaron muy bien. Él la llevó a recorrer la ciudad y también le mostró la vida nocturna de aquella loca ciudad del viejo continente. Al cabo de dos semanas se dieron cuenta que se gustaban demasiado. Una noche él llegó hasta la pieza de ella, se metió en su cama, se dieron besos y mucho más. Lo escondieron hasta que llegó el momento de despedirse en el aeropuerto. Como toda la familia había ido a dejarla, no pudieron esconderse para darse el último adiós apasionado. La relación continuó en la distancia y pese a los constantes impedimentos de los familiares demostraron que lo de ellos era real.

Eran primos de segundo grado, pero hoy son marido y mujer.

Personalmente, prefiero mantener a la familia como tal y no pensar en tener algo amoroso. Quizás porque los primos o sobrinos que tengo no son mi tipo o por algo impuesto por la sociedad. Sin embargo, si alguien opta por ello, está bien. Siempre y cuando no haya inconvenientes genéticos a la hora de agrandar la familia.

¿Has pasado por esta situación?

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