Emoción. Eso puedo decir que me pasó cuando en Septiembre vi la colección de Dolce & Gabbana con su llamativa puesta en escena tan a la italiana, tan retro, tan frutal, tan viva. ¿No se murieron como yo con esos estampados de flores, frutas y verduras?
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Estampados ceñidos emulando un poco un estilo medio pin-up europeo, muy cincuentero, y como el mismo Domenico lo definió, la colección era “molto, molto italiana”. Totalmente de acuerdo. Lo lindo era que la propuesta en beauty complementaba muy bien, siendo un arte limpio, moderno, iluminado, que daba espacio sólo a las piezas que cada modelo se calzaba.
¿Qué esperar entonces de la campaña de esta colección? ¿La verdad? Yo me esperaba algo distinto, un poco más “pop – up” como dicen los del rubro en Estados Unidos cuando sienten que a algo le falta su qué se yo para levantarlo.
A mí me pasó eso. Encontré tan linda, única y totalmente tendencia esta nueva colección que se me pierde en estas gráficas.
Obviamente lo primero que miro es a Mónica Bellucci, como no hacerlo, y luego el estilo realista de la campaña. Luego me doy cuenta que nada es real, que está todo más que pensando, que Bellucci está estupenda y que además hay una modelo guapísima usando un diseño de la nueva colección. “Además” dije, y eso, hace cuenta que es lo último que veo.
No sé qué les pasará a ustedes con esta campaña, que creo le hace un gran favor a Bellucci pero no a la aplaudida colección.