Hay veces que las relaciones se acaban de manera sorpresiva, luego de una pelea o en la mejor de las ondas. Pero lo complejo es dejar de recordar a diario los buenos y malos momentos y sobretodo, apagar los sentimientos. En simples palabras, aprender a vivir sin esa persona. No solo ocurre en el ámbito del amor, también pasa con las amistades, cuando tenemos a alguien lejos de casa o cuando un familiar nos deja o existe un distanciamiento por alguna discusión.
Pensamos todo el día en que quizás en cualquier parte de la cuidad nos podemos topar con esa persona y volver a sentirlo cerca. Conocer en qué está su vida, comprobar si aún te recuerda y si es tan feliz al verte como tú. Piensas en lo rico que sería poder abrazarlo de nuevo, invitarlo un café, salir a comer y responder todas esas preguntas que siempre están en tu mente. ¿Cómo estará? ¿Se acordará de mí? ¿Querrá verme?
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Este video, que en realidad es un comercial, habla de eso. Cuando una relación termina sin ningún motivo muy grave, pero que pese a que ambos saben que no pueden seguir juntos, sus cuerpos no quieren desligarse. Vuelven a toparse una y otra vez, hasta que cada uno toma su camino.
¿Lo has sentido?