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Odio el bullying

A la fecha ya van tres jóvenes que se han suicidado debido a este problema. La nueva víctima es Yordan

Creo que una de las cosas que me da más impotencia de leer en la prensa son los casos de bullying. No tengo mentalidad de abuelita ni quiero parecer una vieja de mierda, pero definitivamente creo que los pendejos de hoy dan mucho de qué hablar. Y desgraciadamente, no por cosas muy buenas. Hay unos de 15 años que entran a casas a abusar sexualmente de una mujer embarazada, otros que le pegan a un carabinero con un skate, otros que matan balazos a gente inocente y otros que se dedican a hacer sentir tan mal a un compañero de colegio, a tal punto, que el pobre no ve otra salida que quitarse la vida. Así ocurrió con el caso de Yordan Valenzuela en Linares, al centro sur de Chile, donde este adolescente de 15 años decidió ahorcarse este martes, pues ya estaba aburrido de constantes amenazas.

Yordan era un estudiante tranquilo, le gustaba el fútbol y era muy callado. Hace solo un mes  le había pedido a su mamá que lo cambiara de colegio, ya que dos matones -porque no tienen otro nombre- día a día lo golpeaban y hasta robaban tanto dentro como fuera del Liceo Irineo Badilla de Linares. Pero esa determinación no fue suficiente, ya que de todas formas lo habrían seguido intimidando en su nuevo lugar de estudios.

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Cercanos al adolescente dijeron que una vez lo habrían encerraron en el baño del establecimiento, amenazándolo con una cortapluma y obligándolo a que entregara su visera blanca. Para recuperarla, debía pasarles 10 mil pesos. Los dos matones son alumnos de cuarto medio y tienen 20 años. Como ven, súper inteligentes.

“Mamita te quiero mucho y quiero que me perdones, no quiero seguir estudiando, quiero trabajar”. Estas son algunas de las palabras que Yordan le escribió a su madre antes de suicidarse. Sus padres, ya al tanto de lo que ocurría, antes de la lamantable determinacón de su hijo de quitarse la vida, habián decidido presentar una denuncia a Carabineros contra los responsables, pero por temor a represalias, la retiraron.

El colegio en cuestión tiene más de 1800 alumnos y no es la primera vez que se presentan hechos de violencia. Pero por supuesto se tuvo que esperar hasta que ocurriera la muerte de un menor para que el tema llegara hasta la Seremi de Educación y se gestionara la incorporación de nuevos inspectores. Una lástima.

Espero, tal como la familia de Yordan, que quienes lo hicieron pasar tan mal, paguen. Ojalá que no en un hogar del Sename, porque de seguro que salen peor.

No pretendo, como todos, decir una vez más que la culpa es del director del colegio, del ministro de Educación ni tampoco del Gobierno de turno. Lo que ocurre hoy en la educación chilena es algo que parte desde mucho más atrás. Hay diferencias desmedidas en el sistema y los recursos están muy mal repartidos. Mientras no se hagan cambios radicales, ni se entreguen soluciones de fondo, habrá más bullying, más delincuentes en la calle y cada vez más gente sin oportunidades en este tipo de establecimientos.

Hoy en Chile se premia a los estudiantes que tiene los mejores promedios. Se les entregan becas y facilidades, pero al final los que reciben esos beneficios, es gente que salió de los mejores colegios del país –establecimientos en su mayoría privados- y que muchas veces no lo necesita tanto como muchos jóvenes sin recursos.

Ojo que no digo que el bullying sea un problema que llegue solo a establecimientos de bajos recursos, pero sí es una constante. De todas formas, la educación parte en casa.

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