
Hoy me enteré gracias a La Tercera, que Eva Gabrielsson, su pareja por más de 30 años, no recibe un sólo euro por las publicaciones del exitoso autor de la trilogía “Los hombres que no amaban a las mujeres” “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire”.
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La noticia versaba en realidad sobre el lanzamiento de la versión en castellano que haría esta mujer de su libro “Millenium, Stieg y yo”, sus memorias más íntimas de la época en que perdió a su hombre. Stieg nunca se casó con Eva y por este motivo, las regalías provenientes de la venta de sus libros y de los productos asociados, van a parar a manos del padre y el hermano del sueco, con quienes, según Eva, nunca tuvo una buena relación.
Una organización sin fines de lucro ha desarrollado un sitio web Supporteva.com para permitir a quienes lo deseen, hacer una colaboración simbólica de acuerdo a la cantidad de libros que ha leído y lo molesto, enojado o furioso que estés frente a esta situación.
Personalmente no he leído los libros; son enormes y me he embarcado en otros proyectos de lectura por el momento; además son caros (alrededor de $20.000) así que estoy esperando que una amiga se los termine de leer y me los preste. Ella no es una lectora profusa y sólo lee en sus momentos libres, pero me ha dicho que la lectura la tiene tan atrapada que incluso está dispuesta a transportar un mamostreto que debe pesar más que 3 ladrillos para leer los minutos que pasa cada día en el metro. Eso y otras referencias y críticas que he leído, me permiten entender porqué Larsson se ha convertido en un gran vendedor.
Considero muy, muy, muy injusto que por el hecho de no haberse casado, y porque Stieg no dejó un testamento, la mujer que estuvo con él durante el tiempo que escribió los libros, seguramente ayudando a mantenerse mientras llegaban los dineros, que estuvo con él cuando recibió amenazas de muerte, cuando planificaron la escritura de 10 libros para la saga “Millenium”.
Pésimo que los herederos legales no le pasen plata a la mujer; y pésimo que la ley no reconozca para nada la vida en común de ellos dos, que ni siquiera le otorgue un porcentaje de ganancia, aunque sea reducido. Pero nada que hacer; así es la ley y no queda otra que cumplirla.
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En nuestro país, la ley no contempla la existencia de testamentos. Una persona heredará sus bienes a quienes contempla la ley (cónyuge, hijos, padres, hermanos, nietos, tíos, sobrinos) y sólo podrá disponer libremente de un cuarto de todos sus bienes para elegir beneficiar a quien guste.
La formalización de una relación a través del matrimonio, da como para pensar lo importante que pareciera ser casarse con quien planeas compartir tu vida y comprar una casa, un auto u otras cosas; uno nunca sabe cuándo lo va a pillar la máquina y va a salir con los pies por delante y corres el riesgo de que tu padre que nunca viste, tu mamá que te hinchó las pelotas y las flojas de tus hermanas se queden con todo y tu pierna peluda no vea ni un peso de lo que con gran esfuerzo juntos construyeron.
¿Qué opinan ustedes de todo esto?¿Se casarían para no perder la herencia?