-El dos de julio se creó una entidad más en pro de la mujer, ONU Mujeres, no dijimos nada al respecto y creo que se merece una mención, porque, como dicen, es mejor tarde que nunca.
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GEAR (Gender Equality Architecture Reform), la campaña de reforma de la arquitectura para la igualdad de género de la ONU, fue la organización encargada de llevar a cabo el acuerdo que se había pedido en 2006. El objetivo del grupo es lograr la igualdad de género y el empoderamiento femenino. Al mismo tiempo van a promover los derechos humanos de la mujer para reducir la pobreza y avanzar hacia la paz y la democracia en el mundo.
Es bueno, a mi parecer, que existan este tipo de “grupos” femeninos que se ponen en nuestro lugar, pero al mismo tiempo siento que campañas como esta hacen que, a pesar de ser más mujeres que hombre en el mundo, nos sigan viendo como una minoría.
Digo esto sin ánimo de pelea, reitero que no lo considero malo, pero sí hay que decir que llama la atención que seamos vistas como las débiles de la película cuando hemos demostrado que podemos tener mucho poder: líderes feministas a lo largo de la historia, jefas de Estado, ministras, emancipadoras, profesoras, periodistas, escritoras, madres, etc. Pero eso mismo que estoy diciendo ahora, nos vuelve a poner el en rol de las “desprotegidas” porque en lugar de decir “fulanita es la nueva presidenta del senado”, dicen “una mujer es la nueva…”.
Por esa misma posición social en que nos encontramos desde el tiempo de las cavernas, es que existen sitios como Belelú dedicados a temas femeninos, porque tenemos que tener nuestros propios artículos (a pesar de que nos leen muchos hombres también); o como la revista Paula, un medio progresista en su época; instituciones como el SERNAC o mujeres que lucharon por el voto femenino desde 1879 en Nueva Zelanda hasta 2005 en Kuwait.
Igual, insisto, creo que es muy importante la formación de más instituciones que ayudan a la mujer a tener los mismos derechos que los hombres y a sacar adelante a aquellas que son o han sido maltratadas, violadas, abusadas, explotadas, etc. Porque a pesar de que hemos avanzado en términos de igualdad de género, a nosotras se nos sigue exigiendo como en el tiempo de las cavernas: cuidar a los niños (algo que nunca dejaremos por nuestro instinto materno y qué bueno que lo hagamos además), ser buenas esposas, llevar la casa y al mismo tiempo tener éxito profesional.
Creo Mabel Bianco y Charlotte Bunch, las mujeres encargadas de llevara a cabo esta institución además de otras colaboradoras, merecen un aplauso.