Ya sea porque favorece el deseo o simplemente por razones estéticas, la ropa interior femenina siempre será un objeto de deseo para ellos. Porque aunque muchos no lo digan, hay varios hombres que se detienen en las vitrinas de ropa interior e incluso que compran una que otra prenda íntima para su pareja.
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No hay que ser un genio para tener más o menos claro que a la gran mayoría de las mujeres les gusta tener prendas de ropa interior atractivas. Por lo mismo, es más menos obvio que –dentro de sus posibilidades de tiempo y dinero- debe ser placentero para ellas ir a una tienda y adquirir alguna de estas prendas. Sin embargo, lo que no es tan obvio o al menos no se verbaliza demasiado, es que muchos hombres también gustan de la lencería femenina. Y no me refiero a cuando nuestras parejas nos muestran algún modelito recién comprado o aquellas ocasiones en que estiramos la noche en algún club nocturno. En esos lugares, claro está, lo que el hombre busca es que la ropa interior salga de su lugar lo antes posible. Y menos a quienes tienen inclinaciones hacia el fetichismo y el voyeur. Nada de eso. Lo que pasa es que simplemente, a muchos hombres les gusta apreciar la belleza de la ropa interior femenina.
