¿A veces me pregunto si en la época de nuestros padres las cosas eran más fáciles o más difíciles? Los roles entre hombres y mujeres estaban definidos y cada cual tenía sus responsabilidades, las que eran más bien complementarias.
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Si bien hoy siguen existiendo características diferenciadoras y quizás siempre existirán, ya que desde lo biológico somos diferentes unas de otros, las mujeres nos hemos tratado de igualar en algunos aspectos a los hombres. Sobre todo en el área intelectual y laboral, convirtiéndonos en mujeres que estudian, que trabajan y además cuidan de la familia y son independientes.
Esta búsqueda de “igualdad” de parte de nosotras por tener las mismas oportunidades que los hombres, ¿Tendrá que ver con las ganas de que ellos desarrollen y busquen la igualdad en los campos que somos más aventajadas?, ¿Ellos se han interesado por ser iguales que nosotras en el aspecto afectivo?, pareciera que de algún modo sí, pero al parecer ser es algo por lo que no han tenido que luchar o como sociedad no lo hemos definido como una lucha.
Curiosa diferencia nosotras hemos batallado para ser iguales que ellos, y ellos no han luchado por ser iguales a nosotras. La búsqueda de la “igualdad” por parte de las mujeres y no de los hombres, en un sentido tiene que ver con que ellos durante mucho tiempo han ejercido poder, o sea han sido los actores principales en la esferas influyentes y nosotras de alguna forma envidiamos ese poder.
Como sociedad hemos legitimado la importancia de la igualdad, “igualdad” que, como todo, tiene aspectos beneficios y otros perjudiciales. Pienso que hombres y mujeres no somos totalmente iguales ni totalmente diferentes, no tenemos las mismas oportunidades, ya que nuestra condición posee diferencias dadas por lo cultural, histórico, biológico, emocional e intelectual. Somos psibiosocialmente diferentes y parecidos, ni unos mejores que otros sino con diversidades, lo que hace que sea más valioso y enriquecedor en las relaciones producto de que aportamos de diversos lugares. Imaginar que solo existiera un rol, solo mujeres seria un agote o solo hombres también. Nuestra naturaleza incluye lo dual, lo masculino y lo femenino parte de esa dualidad. Apreciemos que hay cosas como mujeres donde se nos sale nuestro lado femenino clásico y que hasta al hombre más liberal se le sale su lado conservador.
Somos hombres y mujeres producto de las construcciones del pasado mezcladas con el presente, enriquecidas por la diferencia y los roles complementarios. Co-contruirmos desde lo masculino y lo femenino dependiente e independiente de ser hombre o mujer.
Por Cecilia Chuaqui, Licenciada en arte, Psicóloga (e) y Arte-Terapeuta del Centro de Terapias Creativas.
