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Sexo meditativo, una vía directa al placer

Dedicarle más tiempo a las caricias antes del acto sexual puede ser una experiencia muy placentera.

Para muchos, el sexo es un acto de placer que dura unos pocos minutos, cuyo objetivo es llegar lo más rápido posible al orgasmo para saciar los deseos. No digo que esté mal, pero sí se debería replantear el tiempo que se le dedica para convertirlo en un acto más consciente.

Pareciera que la pasión no tolera la paciencia, pues es algo difícil de frenar y que se traduce en apresurar el sexo. Muchas veces, esto va de la mano con la falta de tiempo, la distracción, el estrés, la ansiedad y el egoísmo en la pareja.

El sexo debiera ser más consciente y meditativo. Se trata de caricias y de tomarse el tiempo en experimentar con el otro, en desarrollar la empatía y en dejar de lado el egoísmo. Es una técnica que requiere de paciencia y de tolerancia para lograr una satisfacción total.

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Normalmente, las personas que practican el sexo casual no se preocupan de que sea un proceso consciente y meditativo porque claramente ese no es el objetivo. Pero, para las parejas estables y enamoradas, hacer el amor sí debería ser un asunto al que se le dedique un tiempo considerable.

Establecer más contacto y caricias antes de experimentar el acto sexual se relaciona mucho con la meditación. Se pueden destinar 15 minutos al tacto consciente para estimular la satisfacción y la conexión con la pareja. Además, de sincronizar la respiración de ambos.

Algunos expertos aconsejan tomar turnos para dar y recibir el tacto del otro. También es importante hacer coincidir la respiración para llevar un ritmo en conjunto y relajarse.

La observación también es relevante. Llevar la atención a lo que cada uno está pensando y sintiendo es lo ideal. Esto se puede dar a entender a través de suspiros, palabras y por mantener el contacto visual.

Por otro lado, una de las desventajas de esta meditación sexual es que uno de los dos se relaje a tal punto que se duerma. Por eso cada pareja debe experimentar lo que le venga mejor de acuerdo al momento en que se encuentran.

Para los hombres puede significar como un juego previo tortuoso, pero hasta que no lo experimenten no lo van a saber. Deben darse esa oportunidad de sentir con el otro y tal vez se sorprendan con el placer que un buen tacto les otorga.

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