Me encanta comer, pero reconozco que en ocasiones lo hago sólo porque ya no aguanto el hambre y no lo disfruto tanto como quisiera. Sin embargo, más allá de hacerlo por ansiedad, vale la pena reconocer el acto como todo un arte.
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Cocinar para ti o para alguien más, debe ser una experiencia única, no sólo por el hecho de satisfacer al gusto, sino por todo lo que implica; planeación, organización, improvisación, convivencia, experiencia. La cocina nos ofrece un menú amplio de sensaciones y momentos.
Acepto que no soy ninguna chef, y la verdad no cocino todos los días, pero cuando lo hago he descubierto que puedo poner toda mi atención en ese momento y olvidarme un poco de lo que sucede alrededor. Por eso decidí que es una de mis terapias favoritas.
Saborear, tocar y oler los ingredientes, automáticamente te lleva a otro lugar, ya sea a un momento específico, o recordarte a alguien. En lo personal, siempre me acuerdo de mi madre y mi abuela, las dos personas con mejor sazón que he conocido en mi vida.
Dicen que el amor entra por el estómago, por eso cocinar se convierte en una oportunidad maravillosa de sacar al artista que llevas dentro y sorprender a tu pareja, amigos, colegas o familiares. Si no sueles hacerlo, la sorpresa será aún mayor.
Pero más allá de cocinar para alguien más, la experiencia de hacerlo para ti es mucho más gratificante.
El arte de auto complacerte
Son raras las personas que cocinan para ellas mismas cosas realmente elaboradas (el atún de lata ni el cereal cuentan). Te sorprendería descubrir que tu mamá no es la única que puede hacerte feliz con sus recetas, tú también puedes hacerlo si encuentras inspiración.
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Estimulas tu creatividad
Cuando eres principiante, las recetas de la abuela y los libros de cocina son tus aliados, pero debes dejarte llevar por tu instinto gourmet y atreverte a experimentar cosas nuevas.
Los artistas improvisan
Piensa fuera de la caja, agrega, mezcla, da el extra. No importa si solo tú vas a comer esto, mejor aún, así serás tu única víctima.
Es todo un ritual
Sírvete una copita de vino, pon tu música favorita, recoge tu cabello y siéntete toda una chef. Pon todo tu empeño en ese momento y verás cómo empiezas a soltar el cuerpo para hacerlo cada vez más divertido.
Cocinar no debe ser nada que te cause temor, tómalo como una experiencia sensorial y sobre todo, algo que te va a conectar con tus momentos personales y solitarios. Descubrirás una nueva faceta tuya mucho más creativa y lo mejor es que disfrutarás de tus propias creaciones.