El día 2 de febrero de 1971, en la ciudad iraní de Ramsar a orillas del mar Caspio, una serie de países y organizaciones no gubernamentales firmaron la Convención de Ramsar para proteger a los humedales del mundo de la degradación; pasando a ser éste el más antiguo de los acuerdos ambientales intergubernamentales mundiales modernos. Hoy 160 países están adscritos a ella.
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Los humedales son irreemplazables y están dentro de los sistemas más productivos del mundo; cunas de diversidad biológica que proporcionan el agua y la productividad de la que innumerables especies de plantas y animales dependen para subsistir. Gracias a ellos podemos contar con agua dulce, alimentos y materiales de construcción.
Además, son un medio vital de almacenamiento de carbono, y ya que actúan como una esponja natural, son sumamente importantes para el control de inundaciones, la recarga de las aguas subterráneas y la mitigación del cambio climático.
Para efectos de protección, la Convención amplía la definición de humedales a todos los lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas y llanuras mareales, manglares y otras zonas costeras, arrecifes de coral, y todos los sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales , embalses y salinas.
¿Por qué preocuparse?
Lamentablemente, el 64% de los humedales han desaparecido desde 1900. Esta crisis ecológica afecta también a la humanidad, ya que el 70% del agua que se extrae de los humedales de todo el mundo se utiliza en la agricultura. La producción de alimentos debe aumentar un 60% para satisfacer las necesidades de la población a nivel mundial que se espera llegue a los 9 mil millones de habitantes en 2050.
A pesar de que se calcula que el consumo de agua en la agricultura aumentará un 19%, en gran parte para ser utilizada en los sistemas de riego en zonas donde el agua ya escasea, las crecientes demandas de agua y tierra con fines agrícolas suponen una amenaza cada vez más seria para el futuro de los humedales. Ejemplo de esto son el avenamiento (canalizar, desaguar o drenar aguas sucias) y la conversión de los humedales para la producción de cultivos o la acuicultura. De igual manera, el uso generalizado de plaguicidas y fertilizantes contribuye a contaminar los humedales.
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“Humedales para nuestro futuro”
Para este año, Ramsar se ha fijado el objetivo de motivar y convocar a los jóvenes y adolescentes, quienes tienen un interés creciente por las cuestiones ambientales, conocen bien las nuevas tecnologías y creen en su propia capacidad para cambiar las cosas. Además, lo más importante es que actúan como “transmisores” difundiendo el mensaje sobre los humedales y su vital importancia a sus familias y amigos, con un efecto multiplicador que llega al gran público.
Para motivarlos, la organización ha lanzado un concurso fotográfico que consiste en tomar una fotografía a un humedal y subirla en el sitio web de Ramsar entre el 2 de febrero y 2 de marzo de 2015. El premio mayor es un vuelo gratuito a un humedal en cualquier lugar del mundo. Para más información entra aquí.
A continuación, un mensaje del secretario general de la Convención de Ramsar, Christopher Briggs, en el Día Mundial de los Humedales.