¿Qué tan lejos somos capaces de llegar para lucir perfectas? Cortes de pelo, manicure, procedimientos, dieta y operaciones son algunas de las cosas a las que tanto hombres como mujeres acuden para lograrlo.
Son millones las chicas en el mundo que han pasado por el quirófano, pero la última tendencia estética no tiene que ver con aumentos de seno o trasero.
Hay muchas que se están inyectando botox, pero no en el rostro; este conocido químico anti arrugas ahora sería lo más solicitado para reducir el tamaño de las pantorillas.
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¿Para qué? La mayoría de las personas que llegan a hacerse este procedimiento, lo hacen para usar zapatos que, debido a lo anchas que eran sus pantorrillas según ellas, nunca pudieron usar.
Algunos médicos señalan que esta tendencia estética es sumamente peligrosa y que puede provocar que los músculos involucrados dejen de funcionar y que pierdan su habilidad de dirigir la sangre al corazón.
Los usos del botox se han extendido y ya no sólo se aplica para problemas estéticos. Muchas personas que sufren de parálisis facial, bruxismo y tics nerviosos agradecen el efecto positivo que les brinda.
Pero tampoco hay que olvidar que, tal como lo dice su nombre, es una toxina. Siempre que lo ocupemos, estaremos introduciendo algo que no es propio del cuerpo y también hay una posibilidad de que el organismo lo rechace.