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7 hombres para cada mujer

Seguro has escuchado que “por cada hombre, hay 7 mujeres.” Pero, ¿qué pasaría si por cada mujer, hubiese 7 hombres?

De boca en boca, se esparció una leyenda de población que seguro hemos escuchado al menos una vez a lo largo de varios años:

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Por cada hombre, hay 7 mujeres.

Algún hombre quizá quiera hacer alarde gracioso al respecto, mientras que los censos presentan información que, probablemente, pudo haber sido mal generalizada. A ciencia cierta, no se sabe quién fue la primera fuente de este dicho. Sin embargo, se ha comprobado que es mentira.

Según el INEGI (que es el organismo mexicano encargado de realizar los correspondientes censos de la población), se llegó a un total de 112 millones de personas en México para el año 2010. De los cuales, 55 millones eran hombres, y tan sólo 57 millones eran mujeres: algo muy alejado de 7 para 1.

No obstante, si nos ponemos a pensar en el dicho, ¿será posible que haya 7 mujeres en la vida de un hombre (de cultura ortodoxa)? Y, más aún, ¿alguien se ha puesto a pensar si es que, sin multiplicarse, pudieran haber 7 hombres en la vida de cada una de nosotras? Porque, a lo largo de la vida de una mujer, 7 hombres claro que los hay:

1. Novio

Muchas de nosotras jamás olvidaremos a nuestra primera pareja, nuestro primer amor (si es que nos atrevemos a llamarle así).

El primer novio que tuvimos siempre será el primero (y, para algunas, el primero entre todos los aspectos). Una vez que ocurre la ruptura y el tiempo logra sanar las heridas que deja, siempre se le guarda un poco de cariño a este hombre. O, cuando menos, nunca se le olvida del todo.

2. Ex novio

Ese hombre con quien tuviste una relación y ahora insiste, insiste e insiste mil y un veces en regresar. A veces, incluso, eres tú la que se empeña en volver. Lo más trágico, quizá, ocurre si llegan a darse cuenta de que su relación no es digna de repetirse.

Con este hombre, muchas mujeres olvidan la cantidad de momentos incómodos que podemos llegar a pasar. Es el ex, aquel hombre que algunas quieren impresionar mientras que otras tan sólo ruegan por no topárselo, frente a frente, con su nueva pareja.

3. Aventura de una noche

Ocurre. Esas cosas que a veces tienen su impacto: lo conociste en tal evento y desde que cruzaron miradas, sabías a lo que ibas o te pasaste copas y no supiste cómo llegó tu cuerpo a una cama ajena.

De vez en cuando, hay personas que quieren que esto pase a más, que sea una aventura de dos o tres o cuatro o trescientas sesenta y cinco noches. Sin embargo, dadas las circunstancias comunes en que la relación (fugaz) se desarrolla, es algo improbable que esto ocurra.

4. Amigo gay

Del cliché al mito e incluso al amor realmente imposible. Los chick flicks nos lo piden: el mejor confidente de toda mujer que no sea, como ella, una mujer y, sin embargo, pueda entenderla

A pesar de los estereotipos, es bastante enriquecedor escuchar una crítica de alguien que tiene el coraje de ser (y saber) quién es realmente. Aunque la sociedad entera se interponga al respecto. (Una confianza y autoconocimiento que deberíamos tener todos.)

En ocasiones, sí, logra esta relación a complicarse. Hay veces en que encuentras a alguien que es tu media naranja. Sin saber que, de hecho, lo que él quiere es un plátano.

5. Amor platónico

Una de las relaciones más dolorosas cuando se vive a solas, sin lugar a dudas. Cuando se trata de un flechazo comunal (como, por ejemplo, con el estudiante de intercambio o el más guapo de la oficina), es más fácil hacerte a la idea que una relación, no estaría fundamentada más que en la atracción e idolatría.

Un actor, una celebridad o un hombre con quien no tengas oportunidad de conversar nunca.

Aunque, quizás sea esto el preciso antídoto: conocerlo. Saber cómo piensa. Conversar, un café o una simple pregunta acerca de sus gustos. Puede parecer el hombre perfecto por fuera, pero recuerda que, en realidad, nadie lo es.

6. Sólo amigo

Esta relación la encuentras tan variada, dispersa y confusa como te toque al azar:

  1. Son amigos, pero sienten algo el uno por el otro, así que no quieren arruinar la relación que ya tienen. Qué tierno.
  2. Son amigos, pero tienen sexo porque ambos están solteros y creen poder deshacerse del vínculo fácilmente cuando aparezca alguien apto para una relación seria. Qué cruel, y a la vez ingenuo. Muchas veces la amistad hace que el sexo se transforme en algo más.
  3. Son amigos, pero se gustan y están esperando a que el otro lo diga por pena, miedo, orgullo, nerviosismo, la situación sentimental actual del otro, y otros miles de peros más. Son amigos, pero se gustan y ninguno de los dos es tan valiente como para hacer algo al respecto. Esto, en cambio, es trágico. Y vergonzoso por sí solo.

7. Papá

Mucho se ha dicho acerca de la estrecha relación que existe entre tu relación de pareja y la que tienes con tu padre. Si tu padre ha estado ausente, si tu padre te ha sobreprotegido, si tu padre te hizo pasar un mal rato con castigos y abuso, si tu padre ha sido inmaduro…  ¡En fin! Todo influye en la clase de hombres que buscas como pareja. La psicóloga María Luisa Gumucio afirma:

En [tu relación de padre e hija y tus relaciones de pareja] hay coincidencia en las distintas líneas psicológicas. En mi experiencia, en lo que tiene más influencia es la elección de pareja y en la autoestima. Un padre ideal: presente, cariñoso, apoyador, capaz laboralmente, querido y respetado por su esposa, generalmente se traduce en un regalo de autoestima y buena elección de pareja para sus hijas. En la realidad, eso sí, un padre perfecto es aquel que la mayor parte del tiempo es un buen padre; con defectos por supuesto, que se equivoca también, pero nunca llega a extremos. En general, es una persona psicológicamente sana, y agradecido con su vida lo suficiente. Por el contrario, un padre ausente, castigador, con problemas psicológicos graves, excesivamente débil, inmaduro… afectará en forma negativa a sus hijas y les dejará la difícil tarea de superar esa marca.

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