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Al perder el techo y sin tener un desagüe, el centro comercial New World fue ganando metros y metros cúbicos de agua lluvia. En el año 2000 un desconocido introdujo una pequeña población de peces Koi y bagre, probablemente experimentando y sin saber qué podría pasar.
Sorprendentemente los peces comenzaron a reproducirse y se fueron adaptando al lugar, generando una población que ocupa cada metro de las instalaciones. La fotógrafa profesional Jesse Rockwell tuvo la suerte de visitar el lugar y tomar algunas fotos. También explicó a través de su blog de viajes que el lugar está muy escondido y que la gente del lugar no quiere que se de a conocer su ubicación exacta.

Sin duda es sorprendente como las distintas especies pueden acostumbrarse a lugares muy distintos a su hábitat natural. También genera varias preguntas: cómo pueden sobrevivir en un lugar que prácticamente es un bloque de hormigón, qué comieron durante todo estos años y qué podría pasar en un futuro si la población sigue creciendo.