Cuando era chiquita, mi mamá no tenía auto y cada semana teníamos que viajar desde casa hasta donde trabajaba. Se paraba con su bebé en la carretera y, sin miedo, pedía aventón a los trailers; así que los primeros años de mi vida viajé en muchos camarotes. Eran otros tiempos, pero, ¿por qué no retomar esa forma de movilidad? ¿Por qué no segur confiando?
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Un día iba a un concierto en La Ciudad de México y me sobraban lugares en el coche, no me quería ir sola, así que decidí recurrir a los aventones. Buscando en internet descubrí una página de Aventones, la mecánica es simple, publicas en un grupo cerrado de Facebook de dónde y cuándo sales, tu destino y los lugares que tienes libres. Para entrar a dicho grupo los administradores te deben aceptar y si alguien te marca como no grato, por seguridad te sacan.
Puedes conocer a personas increíbles en el camino. Otra vez venía de Guanajuato y se vino conmigo una chica soprano, que me contaba acerca de sus planes de irse a otro país a desarrollar su talento.
También me han tocado los que no llegan puntuales cuando vas a viajar y además de que te hacen perder tiempo, te provocan corajes.
Hace poco vendí el coche, así que ahora estoy del lado del que pide aventón y espera que un alma buena confíe.
La experiencia más grata que tengo siendo viajera es en un concierto en Denver, Colorado. El espectáculo fue en un recinto a las afueras de la ciudad y el taxi hasta allá era demasiado caro, así que encontramos a una chica que por la tercera parte de lo que cobraba un taxi nos llevó y nos esperó hasta que terminó el evento.
Todo esto te lo digo porque, si bien hay mucha gente mala, habemos otros a quienes nos gusta viajar acompañados por el puro gusto y no tenemos malas intenciones.
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Aquí te dejo una lista con algunas páginas que me han servido para mis viajes: