En el sudeste europeo aún las mujeres no tienen derecho a votar ni a elegir a su esposo. Las diferencias en los derechos de género son abismantes y esta situación ha llevado a miles de mujeres a abandonar su placer y posibilidad de procrear por mayores oportunidades para ellas y sus familias.
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Ellas son las Vírgenes Juramentadas, mujeres que por una u otra razón debieron dejar atrás su feminidad y se comprometieron a vivir en el celibato vistiendo como hombres para tener la oportunidad de tomar decisiones exclusivas de ellos.
Las mujeres que se deciden a “cambiar su sexo” (sin operación es solo de actitud) juran frente a los ancianos de su comunidad o en un lugar público frente a todo el pueblo que se mantendrán célibes y se comportarán como hombres para ponerse a la cabeza de su familia. Es solo a partir de ese momento que ellas tendrán derecho a utilizar armas, estar presentes en el consejo -pero no votan-, pueden consumir tabaco y alcohol y pueden heredar sus bienes, entre otros puntos.
Hoy quedan pocas Vírgenes Juradas, pero la mayoría se pueden encontrar en Alabania. Allí viven una treintena de mujeres que continúan con una tradición que data del siglo XVI. La fotógrafa norteamericana, Jill Peters, descubrió esta sorprendente historia y se decidió a ir en su búsqueda. Es así como comenzó su proyecto “Sworn Virgins of Albania” en el cual retrata a estas mujeres. Tras un importante apoyo de crowdfounding la artista logró viajar hasta Albania para encontrarse con las vírgenes. A continuación les dejo las fotos que captó.









