Moda y Belleza

Historia de una mujer que pasó un año sin mirarse al espejo

Kjerstin Gruys decidió no verse al espejo durante todo un año. ¿Por qué?, ¿qué concluyó en este experimento? las invitamos a descubrirlo.

Esta clase de experimentos me fascinan. Quizá sea porque me encantaría realizarlos también, pero no tengo el valor que estas mujeres tienen para llevarlos a cabo, como el que hace algunos días compartimos en el que una chica no se quitó el maquillaje durante un mes para saber qué era lo que sucedía.

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Ahora me topé con el de Kjerstin Gruys que después de sentirse tan estresada con su imagen previa a su boda; ya saben, probarse vestidos, ir a sesiones de peinados y fotografías; decidió que durante un año, no se vería bajo ningún motivo frente al espejo sólo para enfocarse en su belleza interior.

Este experimento cuyos resultados iba recolectando en su blog personal y que le dio material para convertirlo en un libro, permitió una tuviera una mejor percepción de la belleza y le enseñó a verse como realmente era, según concluye esta chica de 30 años.

Recuerdo la vez que me sentí más hermosa. No fue en mi boda o fiesta de graduación, no tenía puesto un gran vestido de lujo o usaba maquillaje. Fue cuando estaba acampando con mi marido. Estábamos en una larga caminata por un bosque en California, y no pude dejar de admirar la naturaleza que nos rodeaba. Los árboles eran enormes, diferentes y majestuosos; me sentí muy pequeña en relación con el universo entero. Como me maravillé de la variedad de la belleza en la naturaleza, me dije a mí misma: Esto es como la belleza debería sentirse.” dijo Gruys.

Kjerstin Gruys, socióloga por la Universidad de California y especializada en las desigualdades sociales basadas en la apariencia, sufrió problemas de bulimia y anorexia en su adolescencia, dándose cuenta a tiempo afortunadamente que eso no era bueno para ella.

“Pensé, que mi propósito en la vida no era pasarme el tiempo desacreditando mi apariencia, ¿entonces qué podía hacer? Si quitaba todos los espejos de mi vida, entonces quitaría la tentación y me podría enfocar en las cosas que en realidad importan,” explicaba Kjerstin.

Fue así como comenzó esa aventura en la que no figuraban los espejos. Sí fue difícil al principio, ella tuvo que aprender a arreglarse, voltear la mirada cuanto objeto le mostrara su reflejo, incluso el día de su boda. Los resultados fueron alentadores según comenta; se sentía más aliviada, disfrutó su boda y vivió su vida enfocándose completamente en sus metas.

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¿Qué pasó después de un año?

El día que decidió volver a mirarse al espejo, sus amigos y familiares le cubrieron uno con post-its donde le dejaron mensajes de aliento y felicitaciones. Al ver su reflejo nuevamente no encontró un cuerpo o cara con imperfecciones, sino a ella misma.

Estar rodeada de sus seres queridos le hizo comprender que eso en realidad era lo más importante y a nosotras nos deja una gran lección. Todas en algún punto de nuestras vidas, incluso recurrentemente tendemos a sentir que no somos lo suficientemente bellas. Sin embargo gracias a Kjerstin Gruys podemos estar seguras que lo que vale, es lo que llevamos dentro, esa percepción que no cambia aún con los años. ¿Qué les pareció? A mi me deja una gran reflexión.

Foto: khashi en Flickr

Fuente: thedailybeast

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