Una de nuestras lectoras quiso compartirnos una de sus más grandes cicatrices, pero como es natural en estos casos, mantendremos su nombre en anonimato.
PUBLICIDAD
Esta semana, la actriz chilena Fernanda Urrejola, se refirió a los abusos sexuales que sufrió, por un periodo de 10 años. Me dejó pensando nuevamente algo que creo hace años, los abusos sexuales, desde las tocaciones hasta las violaciones, son escandalósamente comunes y como es un tema tan íncomodo, doloroso de hablar, sigue sucediendo una y otra vez.
Mi historia no es muy diferente a la de muchas, familiar lejano, que empezó a generar confianza con esta niña de 12 años, carente de imagen paterno y se transformó en mi mejor amigo. Después de 1 año de estar, hasta ese entonces felizmente en mi vida, entró de noche a mi pieza, me violó y nunca más volvió.
Por muchos años lo callé, lo bloqueé y comenzó a ser tema cuando empecé a tener mis primeros acercamientos íntimos. La primera vez que vi un pene lloré incontrolablemente 3 horas.
Han pasado 12 años desde ese llanto, que me exigió empezar a hacerme cargo de una situación muy dolorosa, triste y que no tenía ni la más mínima intención de volver a revivir, pero no era una opción pasar mi vida llorando.
Personalmente lo que más me costó, fue entender que mi principal dolor tenía que ver con que alguien que yo quería tanto, que trabajó mi confianza, me había violado, eso era lo que me resultaba más devastador y sentía que no me la podía con eso.
No hice terapia, pero hice lo que encontré necesario para, a mis 30 años, ser una mujer sana, con cada vez menos miedos, y feliz…ah! y ya no lloro cuando veo uno 😛
PUBLICIDAD
Según mi parecer, para que esto no siga pasando, es hablarlo con claridad, sin tapujos, ¡EDUCAR!
Categóricamente educar desde la casa hasta en los colegios, es tan deficiente la educación sexual que cuando se es niño, no se tiene las herramientas necesarias para defenderse y entender claramente lo que pasa. Pero si se hablara sin dramas, claramente, mi esperanza es que un niño pueda saber que es correcto y que no.
Está la labor de los padres también, creo que nunca es demasiado cuidado y atención respectos a estos temas. Como siempre el miedo a hablar no va ayudar jamás en nada.
Desdramatizar y hablar claro.