Dormir en pareja es una de las cosas más placenteras cuando se comparte la vida con alguien a quien se ama. Irse a la cama acompañado tiene grandes beneficios, tanto para la salud, como para la relación que ambos tienen, así lo han revelado algunos estudios que se ha publicado a lo largo de toda esta década. A muchas mujeres les encanta dormir abrazadas, pues se sienten más seguras.
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En el 2014, una periodista del medio de comunicación Wall Street Journal, Andrea Petersen, junto con un equipo de científicos del sueño investigaron sobre el impacto del compartir la cama al momento de descansar, y descubrieron que esto, incluso, puede darte más años de vida con respecto a quienes duermen solas.
De acuerdo a esta investigación, de “dormir acompañado proporciona un sentimiento de seguridad, lo que reduce los niveles de cortisol, hormona del estrés. Compartir una cama puede reducir las citosinas, relacionadas con la inflamación, y aumentar la oxitocina, la llamada hormona del amor que es conocida por aliviar la ansiedad y la cual se produce en la misma parte del cerebro que es responsable del ciclo de sueño”.
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Soñar, mientras está abrazada de tu pareja “alivia el estrés, la ansiedad y nos aporta una sensación de seguridad que nos ayuda a descansar mejor”, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Pittsburgh. Pero también hacerlo en cierta posición puede tener mayores beneficios aún.
La misma casa de estudio señaló que dormir abrazados en posición de “cucharita” puede promover un sueño más profundo y reparador. Encontraron que el contacto físico durante el sueño está asociado con una mejor calidad del sueño, lo que puede contribuir a que las mujeres se sientan más descansadas y rejuvenecidas al despertar.
Pero esto no es todo, el contacto físico durante el sueño puede fortalecer el vínculo emocional entre las parejas. Un estudio publicado en la revista “Archives of Sexual Behavior” en 2014 encontró que las parejas que reportaron más contacto físico durante el sueño también reportaron niveles más altos de satisfacción en la relación y una mayor intimidad emocional.
Cuando se duerme en “cucharita”, esta postura puede ayudar a reducir el dolor físico. La presión suave del cuerpo de la pareja puede proporcionar un efecto de alivio del dolor. Además, la liberación de hormonas como la oxitocina y la endorfina durante el abrazo puede actuar como analgésico natural, ayudando a aliviar el dolor muscular y reducir la sensibilidad al dolor en general.
Un estudio publicado en “Frontiers in Psychiatry” en 2019 encontró que el contacto físico, como los abrazos, puede reducir la percepción del dolor y mejorar el umbral de dolor en las personas. Esto podría ser beneficioso para las mujeres que experimentan dolor menstrual u otras molestias físicas durante la noche.